Leyendo este buen artículo de Pablo Ventura, partner de Kfund Venture Capital, me ha animado a escribir un post sobre conceptos que muchas veces se confunden: valoración de la compañía y precio de las participaciones. Valoración y precio, dos términos que durante toda la historia nos han dado titulares y hechos que, a veces, parecen surrealistas.
Algunos de vosotros recordaréis la estafa del fórum Filatélico, donde se incitaba a los inversores a invertir porque el precio de los sellos siempre subía debido a su escasez. Claro que había pocos, los compraban ellos mismos para hacer subir el precio de los mismos. Gracias a ello prometían rendas fijas superiores a otras inversiones.
«Valoración y precio, dos términos que durante toda la historia nos han dado titulares y hechos que, a veces, parecen surrealistas.»
Un caso muy famoso en todo el mundo es la burbuja de los tulipanes en Holanda. Ya en el siglo XVII, pero entiendo que desde los anales de la historia habrá sucedido, había conflictos entre valoración y precio. Aquí se agudiza más, porque entraba en juego la percepción social que se tenía de poseer ciertos tulipanes, encima, poniendo sobre de la mesa algo tan subjetivo, y difícil de valorar, como la belleza.
Fuente: Wikipedia. Precio en Florines.
Volviendo a España, recuerdo en 2006 tener debates con algunos de mis allegados sobre la valoración y el precio de los pisos. Mientras ellos defendían a capa y espada que “hay que invertir en ladrillo” (que los pisos siempre suben, que compraron un piso por X pesetas en X barrio y que ahora lo tasaban en X euros) yo defendía que influían muchas cosas en esto, que no era tan simple. Una de las variables que encontraba más lógica para convencerles era que no tenía ningún sentido tenerse que hipotecar a 40 o 50 años para pagar un piso de 60 m2. Un piso no valía eso. En 2009, al fin, entendieron (creo) lo que argumentaba.
En el sector de las Startups, hemos visto valoraciones muy generosas (unicornios) que han generado controversia en los “espíritus críticos”. Básicamente, en la mayoría de casos, se valora que tengan una gran Base de Datos de clientes. Mientras crecen los clientes, crecen los interesados en invertir. Entonces ¿cuándo llega una valoración más baja que la anterior? Cuando otro player compra o tiene una Base de Datos mayor que la empresa en cuestión. Creo que fue a finales del verano pasado, leí que Facebook, con una base de usuarios de 1.600 millones, creó un sistema para poder vender tus cosas por la misma plataforma. Más allá de si esto llega a cuajar o no (hay que ver si el usuario se encuentra cómodo vendiendo sus objetos personales delante de su gente), en ese momento me vino a la cabeza una valoración muy generosa de una empresa española que se dedica a esto. Y aquí es cuando, seguramente, llegue una valoración más baja que la anterior.
Entonces, ¿cuánto valen mis acciones?
La valoración de las empresas es algo relativamente subjetivo que, al final, sólo se materializa cuando alguien está dispuesto a ponerle precio. En procesos de compra o de ampliación de capital se realizan diferentes análisis para darle un valor a la empresa. Todo esto puede saltar por los aires en el momento en que alguien esté dispuesto a pagar más por eso, sin pensar que hay dentro de la lata de sardinas. ¿Cuál es entonces el valor de mi participación en cada momento? La única referencia fiable (y paradójicamente muy volátil) es lo que el último que ha entrado en el capital de la empresa ha pagado por ello. Es decir, en el caso de las empresas, si ha habido una compraventa externa o una ampliación de capital, será el último precio de compra por la participación.
Fuera de este entorno, podríamos decir especulativo, existen otro tipo de empresas llamadas cucharachas. Son empresas que no están pensadas para «gustar» a los inversores de las fases más early. No se caracterizan por maximizar el crecimiento de usuarios y/o clientes (sin importar el coste de adquisición de los mismos), sino que vigilan de cerca la cuenta de resultados y, teniendo una visión mucho más «clásica». Su principal objetivo es la supervivencia (como las cucharachas), lo que pasa por un crecimiento ordenado y, sobretodo, un Cashflow positivo.
«La valoración de las empresas es algo relativamente subjetivo que, al final, sólo se materializa cuando alguien está dispuesto a ponerle precio.»
En Private Investments Network, nuestra herramienta de gestión para inversores, mostramos a cada inversor su participación y el último precio de la participación, por lo que puede ver en cada momento cuánto vale, teóricamente, su participación en la empresa. Además, sumamos todas estas valoraciones teóricas de sus participaciones, para calcularle el valor teórico de su cartera. El cual, puede diferir por completo de la valoración que alguien haya hecho de esta empresa pero, como dice Pablo Ventura, es lo que tienes que tomar como referencia para no liarte con los cálculos.
Fdo. Guillem Comí.